miércoles, 8 de octubre de 2014

"Feminismos ácidos e insumisos"


Ángel Amaro (2012)


Todos los movimientos sociales occidentales están inmersos en una encrucijada histórica (contextual, sociopolítica y temporal) caracterizada por un colapso de esta civilización (que no de la humanidad, ni de otras civilizaciones) en la que se ponen de manifiesto constantemente las constradicciones insuperables del marco occidental (eurocéntrico y androcéntrico) amparado y sostenido sobre los resortes del Régimen y los mass media que actúan como elementos narcotizantes (hipnóticos) para el conjunto de la población occidental.
Esta encrucijada histórica lleva a muchos movimientos sociales occidentales (feministas, LGTBIQ, ecologistas, soberanistas, pacifistas, antirracistas, altermundistas, etc.) a tomar conciencia sobre el escenario de emergencia social que se está viviendo hoy en día en Occidente, a replantearse y reflexionar sobre como hacer frente a los neofascismos de lo cotidiano que pretenden inocularnos mediante dispositivos hiperalienadores.
Pensar globalmente para, localmente, poner diques de contención a ténicas de persuasión avanzadas que provocan parálisis social y desencadenan apatía generalizada.
El Régimen está en crisis y con él, toda su estructura, valores y resortes. Es por ello que los movimientos sociales occidentales están en constante fraternidad/sororidad y reinventado viejas/nuevas formas de repolitizar el espacio público, los cuerpos, las mentes, las prácticas, las identidades, etc.
Estamos pues en un contexto de emergencia social en el que ningún movimiento social occidental es ajeno a lo que supone la Troika y la reactivación de los resortes del Régimen que se materializa en planes macro de ecocidio (exterminio de ecosistemas), etnocidio (exterminio de culturas) y socialicidio (exterminio social).
Las, los, les que militamos en los feminismos bien sabemos que los neofascismos de lo cotidiano disfrazados de “tecnocracia y buen hacer” lapidan constantemente los derechos de las mujeres y las minorías político-sexuales, aquellas pequeñas-grandes conquistas sociales y legales que han generado leyes y buenas prácticas en Occidente.
Los neofascismos de lo cotidiano (dispositivos de control, mass media, biopolítica, etc.) usan piel de cordero, nos tachan de feminazis, lapidan las teorías feministas, se camuflan en los telenododiarios, están insertos en las agendas políticas, alienan emociones y cosifican colectivos, identidades, personas, derechos sociales...
En esta encrucijada histórica se están llevando a cabo planes de demolición latentes bien orquestados que en ocasiones desorientan a la ciudadanía (precariado, clases populares, gente del común...) puesto que - planificados con las mejores técnicas del marketing publicitario – se realizan a largo plazo de manera calculada y camuflan la destrucción del Estado del Bienestar y la Historia como devenir humano e ideológico.
El Régimen, entre otras cosas, es feminicida porque no cree en los feminismos ni en la igualdad real de hombres y mujeres. No cree en la erradicación real de la LGTBIfobia y la desaparición del resorte del Régimen mas estructural y latente: el patriarcado (falocrático, biologicista, heterosexista, androcéntrico, monosexual).
Los movimiento sociales occidentales son conscientes de que estamos ante la imposición de un cambio de paradigma, no sólo ante una batería de políticas neofascista de recortes. Este nuevo paradigma ahistórico pretende borrar de Occidente la lucha de clases, la dialéctica de las opresiones, criminalizar la protesta social, estigmatizar el activismo y la militancia, arrinconar a las izquierdas, exterminar a las minorías contestarias, hacer negocio con todo lo habido y por haber, y como no... meter a los feminismos en alguna vitrina de algún museo en ruinas.
Los resortes del Régimen asentado en el capitalismo, el patriarcado, el clasismo, el racismo y el clasismo (entre otros) se están revitalizando y expandiendo desde lo micro y los neofascismos de lo cotidiano (dispositivos de control, mass media, biopolítica, etc.) Prueba de ello es como los micromachismos (canon social, estética, moda, publicidad, marketing sexista...) alimentan este “patriarcado soft” que aprieta, muerde y asfixia.
Es por esto que los feminismos, en esta encrucijada histórica y estado de emergencia social, se están volviendo mas fraternos y “sororidarios”; más ácidos e insumisos; más rebeldes y contestarios.
Las, los, les feministas no debemos ignorar la lucha de clases, la necesidad de alimentar cotidianamente la dialéctica, el cruce de opresiones (LGTBfobia, étnicas, raciales, etc.), el potencial del ciberfeminismo en un contexto globalizado, la necesidad de sumar para la creación de un nuevo proceso constituyente feminista y antipatriarcal, la necesidad de repolitizar el espacio público y expandir los feminismos a barrios y plazas, el empoderamiento ácido que generan las performances, el ecologismo como herramienta reconciliadora con nuestro entorno y el antiautoritarismo como filosofía militante.
Deconstruir, construir y recontruir los feminismos para superar este Régimen y practicar la dialéctica radical de la sororidad.

Publicado en KAOS EN LA RED